Editorial: Todos los políticos de Baleares, los agentes sociales, patronal, sindicatos, sociedad civil, interlocutores en general de nuestro archipiélago, están haciendo llegar al Rey, al presidente del Gobierno, Hacienda, partidos políticos, Congreso y Senado, que Baleares y Mallorca han sido siempre solidarios con España, han aportado al país de las autonomías cada año cientos de millones para el equilibrio financiero. Han destinado de sus fondos cuantiosas cantidades económicas extras.

Según estudios que manejan unos y otros cada año Baleares ha entregado para las arcas públicas nacionales, que no vuelven a las islas, entorno a los 3.000 millones anuales (después de impuestos), otras fuentes apuntan sobre 4.000 millones de media. Eso supone en grandes números que en los últimos 20 años nuestro archipiélago ha dado más de 60.000 millones a las autonomías. Unas ayudas que han servido de mucho en zonas que no tenían hospitales, colegios, servicios sociales, industria.

Ahora toca Baleares y si nosotros hemos sido solidarios cuando hemos podido, es el momento de la compensación. Este otoño y el invierno será muy duro. El producto interior bruto de Mallorca y las otras islas es el turismo y se este ha fallado en el 75% de su actividad, el drama está asegurado, por mucho que nos garanticen ERTES hasta abril. Ayer Francina Armengol fue muy clara con el Rey Felipe VI y remachó en el mismo sentido la presidenta del Consell Catalina Cladera. Aquí habrá hambre, es el momento de que recibamos parte de los que hemos dado.

El mensaje es claro, esperemos que el Gobierno de Pepe Gotera y Otilio lo capten, y por supuesto los Reinos de Taifas. Ellos saben mejor que nadie que cada año después de las cuentas había un déficit muy elevado y gracias a los extras de Baleares y otras comunidades se equilibraba la balanza de todos. No hay duda ni colores la deuda histórica es multimillonaria con el PP, el PSOE, y los demás. Lo han reconocido en Aragón, Andalucía, La Rioja, Extremadura, las Castillas, Cataluña, la mayoría sin excepción. Ahora toca Baleares, estamos en situación de emergencia.

Cuando solo se tiene el monocultivo turístico para salir adelante y dependemos de él casi al 100% debemos hacer un pensamiento y planteamiento económico. Muy en serio. Habrá que sentarse en una mesa y estudiar que podemos hacer además del turismo. Si nuestras tierras dan vinos excelentes y aceites magníficos, tenemos que explorar estos mercados y ampliar el número de hectáreas y exportar nuestra calidad. Aceite y vino necesita vidrio, corchos, etiquetas, cartón, tenemos industrias que pueden hacerlo. Podemos exportar dulces, en Baleares hay tradición y en España y Europa hay muchas aceptación.

Hay que mimar el algarrobo, además de un paisaje verde que propicia, su fruto es muy deseado y demandado para perfumes, postres, derivados. Importamos caucho y ruedas a millones, es el momento de contar con nuestras propias fábricas. No digamos el vidrio. Las grandes extensiones de regadío solo cubre el 10% de la huerta que consumimos, aquí hay terreno para explorar. En materia de carne, pasa lo mismo, importamos cantidades millonarias. Y tantas cosas que yo ignoro y que seguro al leer esto aparecen decenas de propuestas, debemos de diversificar, eso dicen los economistas. Si no llega un virus cualquiera y te manda a la época de los cazadores y los recolectores.

Ahora lo urgente es solucionar el otoño e invierno y organizar el tema para que no se queden muchos por el camino. Que las despensas lleguen a final de mes aunque exista precariedad. Austeridad es algo que se conoce en esta tierra de miles de años de practicarla. Y cuando pase todo, que pasará con la llegada de la vacuna, como ocurre con la gripe. Entonces seguir con el turismo que tan buenos resultados nos ha dado y calidad de vida. Pero comenzar a introducir otros aspectos económicos que puedan significar un importante porcentaje de nuestro producto interior bruto. Rafael Gabaldón San Miguel.