Editorial: Mañana hay elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado en Manacor, Mallorca, Baleares y en toda España. En nuestro municipio por poner un ejemplo tienen derecho a voto de 46.000 residentes censados solo los mayores de 18 años, que totalizan 28.366 votantes. De esas personas en la ciudad de Manacor votan 20.049 vecinos/as, en Porto Cristo 5.621, en S'Illot y Cala Morlanda 1.286, en Calas de Mallorca y Cala Murada 806, en Son Macià 604. Los de Playa Romántica votan en Manacor y los de Cala Mandia, Cala Anguila, Magrana, Pueblo Mediterráneo lo hacen en Porto Cristo. Hay 17 colegios electorales y 44 mesas de votación.

Explicado esto que vale para todos los pueblos de la Part Forana de Mallorca, cada uno con sus votantes, mesas y partidos políticos, tenemos que decir que el voto es secreto, personal e intransferible. Sin embargo nos cuentan expertos en votaciones y politólogos (nosotros no somos capaces de diferenciar esas sutilezas), que esa libertad es vigilada, porque los sobres que emplean los partidos políticos no son iguales, en tamaño son las mismas medidas, pero en colores y tonos no.

Que significa esto, que los apoderados e interventores de cada partido político saben quienes y cuales les votan respectivamente porque diferencian la cantidad de votos y sus seguidores que llegan de casa con el material preparado y el porcentaje de personas que los meten en la urna. Hay diferentes blancos y hay diferentes color salmón, unos para el Congreso y otros para el Senado. También vigilan los montones del colegio electoral.

Si bien la administración en los colegios electorales ha puesto los sobres y papeletas con los mismos colores en mesas y cabinas, tanto del Congreso (Diputados) como del Senado (Senadores), por su parte los partidos políticos han realizado sus encargos a imprentas privadas y a pesar de la casi igual semejanza del color, hay importantes diferencias. Color salmón pálido, muy pálido, transparente, fuerte, muy fuerte. Eso en el Senado.

Con los blancos al Congreso se notan menos, pero hay diferencias, y esas tonalidades las conocen los apoderados de cada partido. A media tarde ya saben por los sobres preparados de casa y por el descenso de papeletas en los colegios y cabinas como va la votación y además han identificado a muchas personas cuando votan y al partido que lo han hecho.

Decimos que el voto es secreto, personal e intransferible y que es un acto de libertad suprema, una persona un voto. Pero el rigor de la administración brilla por su ausencia. La Junta Electoral tampoco dice nada. Si los sobres y los colores se pueden identificar cuando se traen de casa, (según expertos) todos los apoderados e interventores tienen acceso al sufragio de muchos vecinos y vecinas. Una trampa que no se puede permitir en el siglo XXI y en épocas de máxima libertad en Europa.

Un detalle tan importante vulnera los derechos fundamentales. Tanta protección de datos y gaitas y cuando se ejerce el sagrado derecho de votar resulta que conocen tus intenciones quienes te han dado la papeleta y el sobre, y todos los demás. No es serio, personalmente cogeré mi papeleta y mi sobre en la cabina y quiero votar lo que quiera sin que nadie lo sepa, es mi derecho. Este detalle no debe pasar por alto, legislar afecta a todos y nuestros votos deben ser secretos si así lo decide el votante.